CÓMO REALIZAR UNA TERMOLAMINACIÓN PERFECTA

CÓMO REALIZAR UNA TERMOLAMINACIÓN PERFECTA

Para realizar una termolaminación perfecta debemos considerar 4 variables, la velocidad en que la máquina termolaminadora está funcionando, el grosor del film o película de termolaminar que estamos utilizando, la temperatura en que la termolaminadora está funcionando y el grosor del papel que estamos termolaminado.

El grosor del film de termolaminación

El grosor del film o película de termolaminación es muy importante en cómo vamos a preparar la máquina para hacer el trabajo.

Un film delgado requiere una menor temperatura de la máquina ya que si la máquina está a una temperatura muy alta el film de termolaminación se arrugará o transmitirá demasiada temperatura al papel que estamos termolaminado con la posibilidad de arruinar ambos, el papel impreso y el plástico o film que estábamos utilizando. Es por esto que al termolaminar un film delgado debemos comenzar con una temperatura conservadora, si notamos que falta temperatura se puede solucionar pasando nuevamente el film por la máquina o aumentando la temperatura.

Cuando el film de termolaminar es más grueso, podemos aumentar la temperatura ya que estos films gruesos necesitan una mayor temperatura para funcionar.

El grosor del papel

Similar al tema del grosor del film, el grosor del papel es muy importante en el momento de elegir temperatura y velocidad en la termolaminación.

Si el papel es muy delgado debemos nuevamente comenzar con temperaturas conservadoras, no muy altas ya que se sufre el riesgo de arrugarlo.

Con papeles más gruesos podemos comenzar con temperaturas un poco más altas que cuando utilizamos papeles delgados.

La temperatura y velocidad de la máquina termolaminadora

La temperatura y velocidad de la máquina termolaminadora van de la mano en todo sentido. 

En general si la temperatura es muy alta, debemos aumentar la velocidad para no arruinar el material que estamos termolaminado, mientras que si la velocidad de termolaminación es muy lenta, debemos aumentar la temperatura a la que estamos termolaminando. Por esta razón en general termolaminamos con una temperatura relativamente promedio y a una velocidad prudente para no arruinar el pliego termolaminado por exceso de temperatura o velocidad.

En general cuando estamos termolaminando films muy gruesos de termolaminado podemos realizar el termolaminado a altas temperaturas y bajas velocidades para lograr una termolaminación perfecta. Por otro lado, con papeles y films de termolaminación más delgados debemos termolaminar nuestros trabajos a una velocidad mayor y a una temperatura moderada.

Cabe destacar siempre que un pliego mal termolaminado puede estar malo por dos razones: un exceso de temperatura (o muy poca velocidad con respecto a la temperatura ocupada) o muy poca temperatura ( o una velocidad muy alta con respecto a la temperatura utilizada).

En el primer caso es importante saber que no hay solución, cuando la temperatura es muy alta el calor de la máquina termolaminadora daña el impreso que queremos termolaminar haciendo que la tinta se desprenda del papel o que se queme dejando el pliego inutilizable.

En el segundo caso cuando hay falta de temperatura o exceso de velocidad siempre podemos pasar nuevamente el material a termolaminar por la máquina termolaminadora sin problemas y así, solucionar el problema.

Es por esto que es preferible la falta de temperatura al exceso de ella, lo mismo con la velocidad de la máquina termolaminadora.